Toda lo que nace de Dios, nace con propósito y destino.  Para llevar a cabo el propósito se necesita una vision que la guie y la encamine.  Aunque las estrategias y estructuras son necesarias, sin una visión que las ponga en movimiento, el propósito se descarria. 

Escribe la “Donde no hay visión, el pueblo se extravia; ¡dichosos los que son obedientes a la ley!” Prov. 29:18 

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La visión determina el cómo se lleva a cabo el propósito.  La misión es lo que define el propósito en Su totalidad.  La misión se puede llamar la asignación divina para tu vida o ministerio. 

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Es importante entender que todo ministerio nacido de Dios tiene ambos: visión y misión.  Dios jamás crea nada sin propósito, o sea: sin visión y misión.  Es más, podemos concretar que todo lo creado por Dios tiene una misión o una asignación divina y la visión es el vehículo que lo facilita para llevarlo a cabo.

Habacuc 2:2-3 2 Y el Señor me respondió:

«Escribe la visión,  y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido.

3 Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse.

Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.

 

VISION

Una visión divina no se cumple de un día para otro, sino que conlleva un proceso.  El diseño Bíblico y el modelo que Jesús nos mostro fue muy sencillo y funciona en cada parte de nuestra misión.  Es importante realzar que el proceso de la visión se lleva a cabo manifestando el poder sobrenatural de Dios en cada etapa de la misma. No podemos lograr resultados eternos empleando estrategias u operando de manera natural con fuerza humana. Todo requiere la intervención del poder SOBRENATURAL de Dios.  El resultado es revelación, impartición, activación y movilización con crecimiento, multiplicación y expansión siempre.  Todo organismo vivo crece naturalmente.

 

El Proceso de la visión consta de 4 COLUMNAS  o etapas claramente definidas:

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  EVANGELIZAR – AFIRMAR – DISCIPULAR – ENVIAR  

ETAPAS DE LA VISIÓN

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EVANGELIZAR

Siguiendo la gran comisión del Señor comenzamos con la etapa primordial la cual es "ir y llevar las buenas nuevas a toda criatura..."  Existen diferentes fuentes para evangelizar: provienen los nuevos creyentes:

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• El llamado a salvación desde el altar

• En las reuniones de grupos  como las Casas de Paz

• El testimonio y compartir personal en las calles, escuelas, trabajos, universidades, vecindarios, amigos y familiares

• Los medios de comunicación (redes sociales, radio, el internet, prensa escrita, televisión)

• Obras sociales, trabajo de alcance comunitario ministerial 

 

¿Por qué decimos que es EVANGELISMO sobrenatural?

Es importante recordar que dondequiera que el evangelio del Reino sea predicado o compartido, las señales nos seguirán.  No  solo testificamos o predicamos la Palabra,  sino que también MANIFESTAMOS la Palabra de poder, la cual le prueba al más incrédulo que  Dios es Dios de poder a través de milagros, sanidades, palabras proféticas y de ciencia.

Marcos 16:20 20 Los discípulos salieron y predicaron por todas partes,

y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.

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Las herramientas que Dios nos ha dado en esta etapa incluyen: La Palabra de Dios, nuestro testimonio personal, la oración y el poder sobrenatural de Dios por medio de la manifestación de sanidades, liberación, sanidad interior y milagros.

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AFIRMAR

Es importante ofrecer a cada nuevo creyente un seguimiento y asegurar que el mismo llegue a conectarse con el cuerpo de Cristo.  En esta  etapa  se cimienta, se afirma, se asegura la decisión del Nuevo Creyente y se le da el seguimiento apropiado hasta que desarrolle los fundamentos básicos de su nueva vida en Cristo, para que luego llegue a formar parte de un grupo de discipulado. Es importante que sepa que ahora forma parte de la familia de Cristo. EL afirmar lo incorpora a la familia.

 

DISCIPULAR

 Es importante aprender del modelo que Jesús nos dejó para el éxito y desarrollo de las vidas.  El discipular se trata de relación.  Es crear relaciones duraderas fundamentadas en el amor de Cristo y en Su propósito para cada uno.  La relación de mentor y discípulo es una copia terrenal de nuestra relación con El cómo nuestro maestro y mentor.  A través de un discipulado, el discípulo no solo crece en conocimiento de la Palabra, sino también en el carácter de Cristo.  EL mentor invierte su tiempo, su talento y su tesoro también para enseñar, entrenar, equipar, activar y pastorear el corazón de cada discípulo.

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La etapa del discipulado nunca termina, ya que se busca el CRECIMIENTO constante y continuo de la persona.

 

ENVIAR

El enviar completa el propósito por el cual invertimos en las vidas.  El llevarles a su momento de servicio o enviarles a ir a dar por gracia lo que a ellos un día se le dio por gracia entrega propósito y da valor a los procesos que esa vida ha vivido.  No hay forma más efectiva de crecer que servir y el servicio que nace de un corazón agradecido y un carácter bien formado siempre dará frutos de vida en otras vidas.  En esta etapa la persona está lista para ser líder de un grupo o casa de paz, o para ser mentor.